POÉTICOS


TEXTO DE MACHADO


EL HOSPICIO

Es el hospicio, el viejo hospicio provinciano, 
el caserón ruinoso de ennegrecidas tejas 
en donde los vencejos anidan en verano 
y graznan en las noches de invierno las cornejas. 

Con su frontón al Norte, entre los dos torreones 
de antigua fortaleza, el sórdido edificio 
de grietados muros y sucios paredones, 
es un rincón de sombra eterna. ¡El viejo hospicio! 

Mientras el sol de enero su débil luz envía, 
su triste luz velada sobre los campos yermos, 
a un ventanuco asoman, al declinar el día, 
algunos rostros pálidos, atónitos y enfermos, 

a contemplar los montes azules de la sierra; 
o, de los cielos blancos, como sobre una fosa, 
caer la blanca nieve sobre la fría tierra, 
¡sobre la tierra fría la nieve silenciosa!...

Antonio Machado: Campos de Castilla (1907 - 1919)


1. Señale la organización de las ideas del texto. (Puntuación máxima: 1,5 puntos)

Primera parte del contenido: los ocho primeros versos: Descripción atemporal del hospicio:

Idea principal: estado ruinoso en que se encuentra el edificio.

*Esta idea se extiende en dos aspectos:

1.1 Los pájaros son protagonistas del espacio.

1.2 El ambiente es de “sombra eterna”.

Segunda parte del contenido: los ocho versos siguientes. Presentación de una escena concreta:

Idea principal: enfermedad, abandono y cercanía de la muerte.

*Esta idea se desarrolla en los elementos de la escena:

2.1 contexto temporal y ambiental: al atardecer, en invierno, nieva.

2.2 Contexto espacial: en medio de campos abandonados.

2.3 Personajes: enfermos que se asoman a un ventanuco.


Relación entre las partes y estructura. El poema está estructurado de la siguiente forma: se trata de una estructura paralela, formada por dos partes (las cuales son idénticas en extensión y en su forma métrica: dos estrofas iguales en cada parte). El contenido de la primera parte se centra en el edificio ruinoso que será el centro de todo el poema. El contenido de la segunda parte se constituye con los datos temporales, espaciales y los personajes del hospicio.


2. Indique el tema y escriba un resumen del texto. (Puntuación máxima: 1,5 puntos)

Tema: El abandono y la cercanía de la muerte en torno al hospicio y sus enfermos.

Resumen: Un viejo hospicio ruinoso, donde los pájaros destacan, se encuentra siempre sombrío. Los enfermos, al atardecer, mientras nieva en invierno, rodeados de campos baldíos, se asoman al ventanuco.


3. Comentario crítico sobre el contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos)

Estamos ante un texto de género lírico de la época noventayochista de A. Machado (Campos de Castilla), cuando ya ha abandonado la estética puramente modernista. En el poema se aborda la descripción de un viejo hospicio de provincias. El tema de la muerte y la simbología empleada es una constante en la obra del autor. Pero es el tema del abandono el que nos hace presentir el tema de la muerte. Estamos en un lugar en medio de la nada, rodeado de campos abandonados, ruinoso y sucio, en el que los enfermos sin color en el rostro se asoman por un pequeño hueco al exterior y donde el silencio solo se rompe con los graznidos de las cornejas en la noche. Ahí tenemos la impresión de un lugar y unas personas abandonadas. La “sombra eterna”, la “fosa”, la “fría tierra”, la nieve que cae y el día que termina nos dan la sensación de esa presencia de la muerte alrededor de los enfermos.

La intención de Machado en este fragmento es presentar un testimonio del abandono de este hospicio para enfermos (niños probablemente), lo cual representa la ruina institucional con el abandono de los más necesitados y, por extensión, la ruina de Castilla, cuya decadencia era el símbolo de la caída del España y la pérdida de su imperio. Lo hace provocándonos una profunda (y hermosa a la vez) sensación de tristeza. Como si fuera una escena de cine, parte de un plano general del hospicio y se va acercando poco a poco hasta llegar a los enfermos. Luego vemos los montes, el cielo blanco, la nieve y la tierra fría.

Uno de los aspectos que define el estado de la civilización de una nación es la atención y el cuidado que dedica a los más débiles. Aunque Europa desde los años cincuenta y sesenta (y España más tarde, después de la transición) se ha acostumbrado a un estado de bienestar, que hoy día parece estar en entredicho si hacemos caso a los especialistas financieros, no por ello debe renunciar a seguir luchando por mantenerlo. Antes que cualquier otra cosa somos seres humanos, que no tenemos más remedio que convivir unos con otros, y así, cuidar unos de otros (a no ser que queramos que los más fuertes eliminen y arrinconen a los más débiles). No podemos renunciar a los avances sociales que se consiguieron en el siglo XX.

El poema de Machado podría trasladarse a un futuro cercano si no lo evitamos en las próximas décadas. Podemos imaginarnos los hospitales quedando poco a poco en estado ruinoso y abandonados. Y las escuelas. Y las residencias de ancianos. Y las casas de acogida. Todo esto ha ocurrido en los países del este. Podemos figurarnos las caras de los enfermos, los niños, los ancianos, los viejos, etc. “atónitas”, como dice el poema de Machado, sorprendidas y al mismo tiempo entregadas al abandono y al destino más terrible. Quizá estas líneas podrían ser tachadas de tremendistas referidas a Europa, pero si lo pensamos bien, según los organismos financieros, no se puede sostener todo ello, y estamos viviendo reformas políticas que van recortando los derechos sociales.

Sin embargo, no deberíamos caer en la trampa de sentirnos víctimas de un destino difícil, marcado por una crisis económica que más sufren los menos fuertes o poderosos, como los enfermos abandonados del poema en aquella época. Esa postura nos llevaría a no querer mirar que existen quienes lo pasan mal y no tienen ayuda. “Mientras no me ocurra a mí...” podríamos pensar. Eso nos llevaría a una fractura social, a la espera de que los gobiernos solucionen o no los problemas. Lo que el siglo XXI nos depara dependerá de la creación de una ciudadanía activa y solidaria, una manera de convivir responsablemente, sin dejar todas las soluciones a los que mandan, porque somos todos los que mandamos, que para eso los elegimos nosotros. Una ciudadanía pasiva respecto a los problemas públicos, individualista y cargada de miedo nos conduciría al desmantelamiento del estado del bienestar. Lo cual sería como el desmoronamiento de España que Machado, como los demás noventayochistas, denunciaron


TEXTO DE FEDERICO GARCÍA LORCA

Cantan los niños
en la noche quieta;
¡arroyo claro,
fuente serena! 

Los niños 

¿Qué tiene tu divino
corazón en fiesta? 

Yo 

Un doblar de campanas
perdidas en la niebla. 

Los niños 

Ya nos dejas cantando
en la plazuela.
¡Arroyo claro,
fuente serena! 
¿Qué tienes en tus manos
de primavera? 

Yo 

Una rosa de sangre
y una azucena. 

Los niños 

Mójalas en el agua
de la canción añeja.
¡Arroyo claro,
fuente serena! 
¿Qué sientes en tu boca
roja y sedienta? 

Yo 

El sabor de los huesos
de mi gran calavera. 

Los niños 

Bebe el agua tranquila
de la canción añeja.
¡Arroyo claro,
fuente serena! 
¿Por qué te vas tan lejos
de la plazuela? 

Yo 

¡Voy en busca de magos
y de princesas! 

Los niños 

¿Quién te enseñó el camino
de los poetas? 

Yo 

La fuente y el arroyo
de la canción añeja. 

Los niños 

¿Te vas lejos, muy lejos
del mar y de la tierra? 

Yo 

Se ha llenado de luces
mi corazón de seda,
de campanas perdidas,
de lirios y de abejas,
y yo me iré muy lejos,
más allá de esas sierras,
más allá de los mares,
cerca de las estrellas,
para pedirle a Cristo
Señor que me devuelva
mi alma antigua de niño,
madura de leyendas,
con el gorro de plumas
y el sable de madera. 

Los niños 

Ya nos dejas cantando
en la plazuela,
¡arroyo claro,
fuente serena! 

Las pupilas enormes
de las frondas resecas
heridas por el viento,
lloran las hojas muertas.

(Federico García Lorca, Libro de Poemas)


Organización de las ideas: El texto presenta un diálogo imaginario entre el poeta Federico García Lorca y unos niños que cantan en la placeta. Este diálogo está enmarcado por dos partes narrativo-descriptivas, que abren y cierran el poema. Veámoslo con más detenimiento: 

I. Marco narrativo inicial (versos 1-4): el narrador nos presenta a los niños (personajes) cantando en la noche (tiempo) una típica canción infantil.

II. Diálogo entre el poeta y los niños (versos 5-56): 

II.1. Expresión de la angustia del poeta (versos 5-30), estructurada, a su vez, en una serie de preguntas que van seguidas de la respuesta de Lorca y, a veces, de un comentario-consejo de los niños.
II.2. Deseo del poeta de recuperar su infancia (versos 31-56)

III. Cierre narrativo (versos 57-60): breve cuadro descriptivo-narrativo que muestra en forma de metáfora la imagen del llanto.

Como puede observarse, los modos de discurso utilizados en el poema nos permiten establecer las partes fundamentales del mismo: la primera y la última parte presentan como modo de discurso la narración combinada con la descripción y los versos están puestos en boca del narrador; en la segunda parte asistimos a un diálogo poeta-niños. El tipo de estructura que presenta el poema es secuencial o cronológica, puesto que las diversas acciones de este pequeño “relato” poético están ordenadas en el tiempo: el poeta llega a la placeta, entabla un diálogo con los niños, muestra su angustia y su deseo de volver a la infancia, se va y los niños se quedan cantando. 


Tema y resumen 

El poeta dialoga con los niños que cantan en la placeta y a las preguntas de los mismos responde con metáforas que expresan la angustia y la muerte. Después, Lorca expresa su deseo de volver a la infancia y de recuperar su fantasía y sus juegos de niño, pero, en los versos finales, el narrador concluye con un presagio de tragedia ofreciendo una inmensa imagen de llanto.

Podríamos enunciar el tema del texto como pérdida de la felicidad infantil y presagio de tragedia.


Comentario crítico 

Nos encontramos ante un texto literario de carácter lírico, puesto que su autor, Federico García Lorca, miembro de la Generación o Grupo poético del 27, nos muestra en él sus sentimientos con un lenguaje estético y desviado respecto al uso común de la lengua. El poema pertenece a la obra Libro de poemas (1919), escrita por Lorca en una primera etapa de su trayectoria literaria. 

El texto presenta como tema base la pérdida de la felicidad asociada a la infancia y el deseo de recuperación de la misma. Muestra, por tanto, un contraste entre la infancia pasada y la juventud en la que se encuentra Lorca en el momento de escribir el poema, cuando tenía alrededor de veinte años. La infancia supone para el poeta fantasía y felicidad (magos, princesas, leyendas, gorro de plumas, sable de madera); la juventud representa, por el contrario, la infelicidad, la angustia y el presagio de muerte (doblar de campanas, rosa de sangre, huesos de mi gran calavera).

El contraste entre lo que se anhela (el paraíso perdido de la infancia) y la realidad (el paso inexorable del tiempo) crea un hondo malestar en el poeta porque produce frustración, que es el sello de la temática lorquiana. Esta frustración se ve aumentada por un presagio de tragedia.

El tema del texto no es ajeno al lector. Todos hemos experimentado alguna crisis provocada por el paso del tiempo. El abandono de la infancia produce una crisis, pues las creencias y fantasías de niño se ven paulatinamente barridas por el paso del tiempo y el choque con la realidad: un buen día nos enteramos de que las hadas y dragones de nuestros cuentos no existen, de que el ratón Pérez es una creación del padre Coloma para Alfonso XIII, de que los Reyes Magos son nuestros padre, que ahora pasan a ser personas, con sus defectos, y no ídolos como lo eran en la infancia… Nuestro mundo de leyendas (mi alma antigua de niño, /madura de leyendas) se derrumba. La adolescencia trae consigo además experiencias problemáticas. Debemos pensar que algo de esto hubo también en la juventud de Lorca. A ello hay que sumar, seguramente, las vivencias de un joven homosexual en la sociedad de la época y, desde luego, una percepción trágica del paso del tiempo por parte de una persona de especial sensibilidad. Quizá con todos estos elementos podamos entender el estado anímico del poeta al escribir este texto.

El deseo de prolongar la infancia presenta incluso una manifestación patológica que la psicología actual ha dado en llamar el “síndrome de Peter Pan”: lo sufren personas que aunque tengan un cuerpo de hombre adulto, presentan la mentalidad de un niño en el sentido de que se resisten a adquirir las responsabilidades propias de la etapa madura. Estas personas optan por permanecer en una juventud psicológica y en la comodidad e afrontar el día a día sin llegar a más. 

Es fácil, por otra parte, caer en la tentación de considerar que cualquiera tiempo pasado fue mejor, como dijo Jorge Manrique en sus conocidas Coplas. Lo que ocurre es que idealizamos el pasado y lo añoramos como perfecto en contraposición a un presente con dificultades y problemas. Eso es así porque la mente conserva lo bueno y agradable y olvida lo malo, es decir, es una impresión subjetiva de las vivencias. Pero, aun así, debemos, por nuestra propia supervivencia sentimental, desechar esa idea y mirar en positivo siempre hacia delante.

Desde un punto de vista literario, debemos añadir, por otra parte, que el deseo de recuperar momentos pasados de nuestra vida, como consecuencia de la conciencia del paso del tiempo es una constante temática en la literatura de todas las épocas y, en la lírica anterior al 36 otros grandes poetas, muy cercanos a Lorca, como Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez de una manera muy intensa, insistieron en este asunto. 

Además del tema fundamental, ya comentado, el texto presenta una serie de motivos temáticos secundarios cuyo significado convendría destacar para intentar llegar con más matices al contenido del poema:

a) Por una parte, aparecen una serie de símbolos poéticos lorquianos como, el agua que corre, que significa deseo erótico o vitalidad (Arroyo claro /fuente serena), la sangre, que significa vida, sexualidad, sufrimiento y la azucena, símbolo de la pureza (Una rosa de sangre/ y una azucena). Algunos de estos motivos temáticos y “ambientes poéticos” son muy similares a los que aparecen en la obra machadiana. De hecho, el texto que nos ocupa guarda una intensa relación intertextual con el de Antonio Machado “Fue una clara tarde triste y soñolienta tarde de verano…la fuente vertía…”, etc., donde el poeta llega a un solitario parque, entabla también un diálogo teñido de tristeza, en este caso con la fuente y, finalmente se marcha de ese espacio.

b) Por otra parte, el contenido trágico de la obra lorquiana, ese presentimiento de tragedia que caracteriza la mayoría de sus obras, está presente en el texto en las respuestas iniciales que el poeta ofrece a los niños y, sobre todo, en la descripción paisajística final: una impresionante metáfora donde el paisaje se solidariza con el sentimiento trágico y doloroso del autor. En esta metáfora se nos representa gráficamente la vegetación reseca del paisaje lamentándose, llorando por las hojas caídas (Las pupilas enormes /de las frondas resecas/heridas por el viento,/lloran las hojas muertas). 


TEXTO DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
…Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas…

¡Inteligencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

Juan Ramón Jiménez (Eternidades, 1918)

1. Tema y resumen:

El poema tiene como tema el deseo de captar a través de la inteligencia la esencia de la realidad. 

Resumen: el poema es una invocación a la inteligencia para que le permita nombrar—o lo que es lo mismo: conocer—la esencia de la realidad. Ello va unido al anhelo o la ambición de que su poesía permita a todos ahondar en la visión de las cosas y descubrir lo más auténtico o esencial de la realidad.

2. Organización de las ideas:

Este poema puede dividirse en tres partes, la primera y la tercera son redundantes y en la segunda, a su vez, se pueden observar cuatro subdivisiones.

· Invocación inicial (versos 1-2): el poeta le pide a la inteligencia el poder conocer exactamente la realidad.

· Enumeración de peticiones relacionadas con la invocación primera (versos 3-11)

Petición 1: que mi palabra sea la cosa misma. (3-5)
Petición 2: que los ignorantes conozcan las cosas a través de mí. (6-7)
Petición 3: que los olvidadizos conozcan las cosas a través de mí.(8-9)
Petición 4: que los que aman las cosas las conozcan a través de mí (10-11)

· Reafirmación más intensa de la súplica inicial (versos 12-14): Juan Ramón vuelve a la idea inicial recalcándola: es el anhelo de alcanzar la verdad absoluta.

Puede observarse que el texto parte de una idea general (una petición general) que luego se particulariza en diversas peticiones concretas para, finalmente, sintetizarse en una reafirmación de la idea general inicial. Por lo tanto, podríamos decir que el texto presenta una estructura encuadrada.


3. Comentario crítico:

Lo primero que llama la atención del texto es su tono, que lo asemeja a un poema religioso, a una oración. En efecto, el poeta le pide a la inteligencia, como si ésta fuese un dios, el poder de conocer la realidad en su esencia. Juan Ramón habla de que su palabra sea la cosa misma “creada por su alma nuevamente”, es decir, a través de la palabra, el poeta “descubrirá” la realidad más profunda de las cosas, como vistas por primera vez. Y hasta podríamos decir que hay en Juan Ramón un anhelo casi divino de creación. Pero, además, el poeta no se contenta con “descubrir” la esencia de las cosas: quisiera ser como un profeta que descubriera a los hombres las verdades más profundas; quiere comunicárselas a sus lectores, a “todos” (a los ignorantes, a los olvidadizos, a los amantes de las cosas)…Este tono religioso hay que relacionarlo con ese extraño misticismo que el poeta va adquiriendo a medida que va avanzando en su trayectoria poética. Esta obra pertenece ya a la “poesía desnuda o intelectual” iniciada por Juan Ramón en 1916: su estilo se va simplificando, pero sus temas se va haciendo cada vez más abstractos y metafísicos y no en pocas ocasiones, cercanos a un extraño misticismo que apunta ya en este poema.

Las ideas que el texto expone, aunque sencillas, pretenden ser una especie de “Ars poética”: Juan Ramón reflexiona sobre lo que es un poema; por lo tanto, está haciendo “metapoesía”, es decir, poesía sobre lo que debe ser la poesía. En esta reflexión sobre la poesía resaltan varias ideas: 

· La palabra (poesía) debe ser la cosa misma. Con ello, Juan Ramón se sitúa en una línea de pensamiento según la cual conocer las cosas es nombrarlas. Dicho de otro manera: nos apropiamos de la realidad mediante la palabra, de tal modo que el conocimiento va unido al desarrollo del lenguaje y el ahondar en la realidad es inseparable del enriquecimiento (o la exactitud) del lenguaje. De ahí que el poeta hable de la identificación entre la palabra y la cosa. Casi por la misma época Unamuno lo dijo así: 

“Pretendes desentrañar
Las cosas, pues desentraña
Las palabras, que el nombrar
Es del existir la entraña”.

· A través de la palabra (poesía), el poeta “descubrirá” la realidad más profunda de las cosas, como vistas por primera vez. Hay aquí una afirmación del poder creador de la poesía, que nos permitiría ver la realidad con ojos nuevos (es lo que el filósofo Heidegger llamará la “fundación de la realidad” por la palabra poética). Y, sin acudir a la cita de filósofos, es fácil comprender y compartir la idea de que la poesía, el uso literario del lenguaje, en definitiva nos hace “ver la realidad con otros ojos”, pues el lenguaje literario cumple una función de “extrañamiento” con respecto al lenguaje habitual.

· En esta concepción de la poesía juanramoniana, resulta curiosa la exaltación que hace del significado denotativo: la poesía debe mostrar un significado común de las cosas para todas las personas (el nombre exacto, y tuyo,/ y suyo, y mío, de las cosas), cuando una de las características principales del lenguaje poético es el carácter connotativo de su vocabulario, las sugerencias que entraña y la multisignificatividad de los mensajes. 

Por otra parte, Juan Ramón da a entender en el texto que la manera de acceder al conocimiento es la inteligencia, la razón. Con ello, el poeta se sitúa en la línea de la intelectualidad propia de la Generación del 14, a la que pertenece. Y se observa que ha abandonado ya la estética sensual del modernismo, pues las ideas de este texto muestran un predominio de lo intelectual frente al abuso sensorial modernista. Juan Ramón quiere traspasar las apariencias sensibles que tan importantes eran en el Modernismo (la luz, la música, las fragancias…) para calar en las esencias, pues tiene “sed de conocimiento”.

Desde una perspectiva más amplia, esta poesía “pura” de Juan Ramón, sencilla y complicada al mismo tiempo, nos hace pensar en el estilo artístico minimalista, tan actual, cuya tendencia es utilizar los elementos mínimos y básicos, como colores puros, formas geométricas simples, tejidos naturales, lenguaje sencillo…, es decir, una tendencia a reducir cualquier cosa a lo esencial y despojarla de los elementos sobrantes. Juan Ramón y su poesía pura no están tan alejados de nuestra actual manera de sentir el arte. 

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